Las proteínas cumplen muchas funciones en el organismo que no pueden ser realizadas por otros nutrientes, por ejemplo, satisfacer las necesidades metabólicas para el crecimiento, el mantenimiento y la reparación de tejidos. Para cubrir las demandas proteicas es necesario que la ingesta sea suficiente y de alta calidad. Aportar proteína en cantidad suficiente no basta para satisfacer las demandas metabólicas, la calidad de la proteína es fundamental para asegurar que el organismo la utilice apropiadamente.

No todas las proteínas son iguales, para estimar su calidad, se utilizan varios indicadores que en términos generales evalúan dos componentes, el primero, es el comportamiento de la proteína en el cuerpo, es decir la absorción en el intestino y la retención en el músculo. El segundo, es su composición de aminoácidos esenciales, es decir, los que el cuerpo no puede formar y por lo tanto se deben consumir. Independientemente del indicador que se utilice, la proteína de suero de leche es superior a otras fuentes utilizadas para productos nutricionales.